Enrique González Martínez (1871-1952) Literatura
1 Un visitante nos comenta
Poeta. En 1903 aparece su primer libro, Preludios, al que siguen Lirismos (1907) y Silenter (1909). Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (1911). A partir del cuarto libro, Los senderos ocultos (1911), surgió en él una profunda reacción frente al modernismo, y dio a conocer cuál era la idea de su poesía con el conocido soneto "Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje...", en el que se enfrenta el mágico silencio del búho (símbolo de la inteligencia), con el sensualismo modernista que posee su emblema en el cisne. Llega a ciudad de México en 1911 e ingresa en el Ateneo de la Juventud, cuya presidencia ocupa en 1912, año en que funda la revista Argos. Secretario general del Gobierno de Puebla, vuelve a la ciudad de México y publica La muerte del cisne (1915). Junto con Ramón Gómez Velarde y Efrén Rebolledo, dirige la revista Pegaso (1917), y publica El libro de la fuerza, de la bondad y del ensueño (1917) y Parábolas y otros poemas (1918). En 1920 empieza su carrera diplomática: ministro plenipotenciario de México en Chile (1920-1922), en la Argentina (1922-1924) y en España y Portugal (1924-1931), aprovechó su situación para encontrarse con los principales intelectuales de aquellos países. Durante este período publicó La palabra y el viento (1921), El romero alucinado (1923) y Las señales furtivas (1925). Regresa a México y ocupa importantes puestos como consejero. Su obra fue aumentando con nuevos títulos: Poemas truncos (1935), Ausencia y canto (1937), El diluvio de fuego (1938) y Bajo el signo mortal (1942). En 1944 publicó sus Poesías completas y el primer volumen de su autobiografía, El hombre del búho (1944). En 1951 aparecería La apacible locura, segundo volumen de la autobiografía. Pertenecen a la última etapa creadora de Enrique González Martínez, Vilano al viento (1948), Babel (1949) y El nuevo Narciso y otros poemas (1952). González Martínez es considerado el padre de la poesía mexicana moderna. Recibió en 1944 el Premio Nacional de Literatura Manuel Ávila Camacho. Sus restos reposan en la Rotonda de Hombres Ilustres. Con motivo de los ochenta años del poeta, se recogieron los datos más importantes de su vida en un volumen titulado Homenaje.