Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867) Arte
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Pintor del neoclasicismo francés. Es uno de los más importantes representantes de este período después de Jacques-Louis David, quien impartió los primeros conocimientos artísticos a Ingres y a Jean-Antoine Gros en su taller de París. Obtiene el Premio de Roma en 1801 con Aquiles recibiendo a los embajadores de Agamenón pero no puede disfrutar del viaje a Italia, que se le otorga a los ganadores, hasta 1806. Permanece en Roma durante veinte años y deja allí su mejor producción, de estilo académico predominante. A lo largo de su obra se aprecia la admiración que siente por Rafael. Sobresalen sus aptitudes de dibujante y lo caracteriza su trazo fino. En su obra más famosa, La Fuente, trabaja durante cuarenta años, siempre retocándola en búsqueda de los colores que le dieran el carácter adecuado. Su interés por la emoción que transmita al espectador lo diferencia de David, quien se interesa más por la anatomía en sí. En sus odaliscas, entre las que sobresalen La odalisca y el esclavo (1839, Cambridge) y La gran odalisca (1840, Museo del Louvre), rompe con el tono heroico que David infunde en el mundo antiguo y lo convierte en un pretexto para pintar desnudos femeninos y temas orientales. Algunas de sus obras más importantes son Apoteosis de Homero (Museo del Louvre), Autorretrato (1804, Museo Condé), Venus Andiomena (1848, Chantilly), El baño turco (Museo del Louvre), y retratos como Madame de Sennones (Museo de Nantes) y la Baronesa de Rothschild (1848).