Igor Ivanovich Sikorski (1889-1972) Ciencía y Tecnología
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Ingeniero ruso, hijo de un psicólogo y catedrático. Ingresa, inicialmente, en la Armada y, luego, comienza estudios de ingeniería. Durante diversos viajes por todo el continente observa los adelantos en el campo de la aeronáutica. Sin embargo, piensa que son posibles mejores resultados si se realiza un sistema de vuelo vertical que él tiene en mente desde su juventud, cuando observó un dibujo de Leonardo da Vinci. Durante varios años trabaja como ingeniero en la fábrica de aviones de Petrogrado. Allí, diseña naves de vuelo convencional. De su trabajo en esta planta destaca el de cuatro motores La Grande, con cabina cerrada para los pasajeros, 28 m de envergadura y primero de una serie de palacios volantes que estuvieron al servicio de las fuerzas armadas de su país. Como consecuencia de la Revolución de Octubre, Sikorski sale de Rusia y se instala en Nueva York. En esa ciudad funda una empresa que, de la nada, llega a ser una de las principales fabricantes de aviones anfibios. Sikorski pone en el mercado la famosa serie de hidroaviones Clipper. Pero durante los años treinta, Sikorski vuelve a fijar su atención en las naves de vuelo vertical. Fundándose en el autogiro del español Juan de la Cierva y en un helicóptero fabricado en 1937 por la Focke-Achgelis de Alemania, desarrolla su propio sistema. Logra, por primera vez, el ascenso y descenso completamente vertical y la suspensión del vuelo en el aire. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y hasta su muerte, Sikorski concentra toda su atención en el perfeccionamiento de este aparato.